La información audiovisual
Este es un espacio donde vamos a reflexionar sobre algunos aspectos interesante de la información audiovisual
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lunes, 5 de junio de 2017
viernes, 2 de junio de 2017
domingo, 28 de mayo de 2017
sábado, 27 de mayo de 2017
Imagen y control social. Capítulo 9
CAPÍTULO 9: Epítome transgresor sin imágenes: por una guerrilla semiológica.
Hoy, la
hipnosis que generan los media no está asentada en la palabra, sino en la
imagen y ella es, pues, lo más creíble. También para ejercer un efectivo
control social.
La democracia
contemporánea se fundamentan en la «fabricación del consenso» como nos advierte
Noam Chomsky (1994, 1999) y, en gran medida, en el control, y administración de
los mensajes audiovisuales de los media.
Sólo cuando
la política, la religión o la educación se pliegan ante los fines del uso del
poder y del autoritarismo, se establece el irresoluble dilema que divide a los seres
humanos en opresores y oprimidos. Así, la imagen ha suido un elemento clave
para instaurar la «cultura de la normalidad» o la «política general de la
verdad».
Las palabras
han sufrido una erosión semántica porque ya no significan lo que eran sino que
su significado está sujeto a la finalidad para la cual se usa, es decir, tiene
significados diferentes según los contextos en los que se producen.
Los medios se
convierten así en uno de los principales aparatos ideológicos del Estado
y, sobre todo, para convertirse en un eficiente sistema doctrinario en manos
del poder financiero para «convencer» a las masas. La fuerza de la
costumbre hace parecer normal que el arte de la democracia resida en la
habilidad y estrategia de los políticos y gobernantes en la «fabricación del consenso»,
un término eufemísticamente orwelliano que viene a ser lo mismo que «control
del pensamiento».
Así, en los
países democráticos, la «política general de la verdad» a la que se refería
Foucault (1980) posee un control organizado y un monopolio psicológico no coercitivos
y cuyo denominador común podría ser la «pasividad» en una gran mayoría de los
ciudadanos: las llamadas “sociedades disciplinarias” (Bourdieu). Una sociedad
que, además, se han convertido en “sociedades vigiladas”.
Sin embargo,
no debemos olvidar que un mundo gobernado
por los sistemas informáticos es más controlable y más manipulable ya que amplía
el control y la obediencia social. Si el uso intencional de la imagen (los podemos
calificar como persuasión o manipulación) o la administración de los signos en
los medios se ha utilizado para conseguir el control social, de la misma forma,
también se han utilizado para colonizar nuestro tiempo vital y la
estandarización de los estilos de vida.
Estamos informados de todo pero
no nos enteramos de nada.
Se ha producido la auténtica globalización:
la globalización de las mentes con la estandarización de los estilos de vida.
Teniendo en
cuenta todo lo anterior…
¿Los educadores y educadoras sociales y docentes
en general deben ser agentes de reproducción o sujetos de transformación?
Queremos
poner de relieve la necesidad de un saber comprometido y de la producción de
conocimiento socialmente útil a la vez que epistemológicamente relevante. Nunca
deberíamos perder el norte de que nuestros alumnos de hoy serán los educadores que
tendrán la responsabilidad de educar a otros en el futuro.
Será necesaria
una educación liberadora, cuya consecuencia inmediata sea la
construcción de una democracia fundada en un imaginario social autónomo,
crítico y creativo, que permita revertir el actual estado de desigualdad
socioeconómica y de tanta injusticia.
Urge
encontrar la vía del pensamiento reflexivo y crítico, ya que la fuerza
liberadora de la reflexión, como destacaba Morin (1998), es la garantía de asegurar
la capacidad de formular y formularse preguntas desde una pedagogía de la interrogación,
capaz de hacer que las personas aprendan a pensar por sí misma desde una
realidad compleja y dinámica. Atrofiar esa capacidad, o lo que es más grave,
perderla, podría suponer que fuésemos más vulnerables ante los lenguajes
persuasivos de los medios.
Ante este
contexto, tal y como afirman autores como Umberto Eco, es necesario participar
en una guerrilla semiológica implica intentar buscar nuestros propios significados
alternativos en los mensaje de los medios, pasando de la pasividad hipnótica a
un activismo sociocultural comprometido capaz de desvelar las ideologías invisibles
y los discursos autoritarios que forman parte de la cultura de la normalidad.
Eco, en su
ensayo «Hacia la guerra de guerrillas semiótica» (1967) venía a decir que si
existe la posibilidad de proporcionar a la gente herramientas que le ayuden a
ser críticos y críticas con los mensajes que están recibiendo, esos mensajes y
los medios en general pierden su potencial como instrumentos de control social.
Las herramientas a las que se refería Eco no son otras que habilidades basadas
en la reflexión y en la práctica de un pensamiento crítico.
Imagen y control social. Capítulo 8
CAPÍTULO 8: Mecanismos de autodefensa ciudadana
8.1. La doctrina del shock como control
social
La
unificación de las mentes y del pensamiento colectivo ha sido una clave histórica
constante en todos los sistemas políticos. Es lo que denominamos genéricamente
como control social.
¿Qué ocurre
tras la convulsión inicial y la parálisis psicológica después de un ataque
terrorista, una guerra, un tsunami o un colapso del mercado bursátil? Pues que,
generalmente, es más fácil quebrar la voluntad de las sociedades y las mentes
de los ciudadanos y las ciudadanas, que se vuelven más dúctiles, más maleables,
más versátiles, más sumisas y, sobre todo, menos críticas. El miedo y el
desorden son los nuevos catalizadores de un capitalismo del desastre que
practica, y con bastante eficiencia, lo que algunos autores como Naomi Klein denominan la doctrina
del shock.
Otro aspecto
de este fenómeno viene de la mano de las empresas de seguridad, ya que para
ellas, el desastre es un negocio en sí mismo, una oportunidad de hacer dinero
fácil, de acumular riqueza financiera a costa de las desgracias y el
sufrimiento de otros seres humanos.
En este
contexto los ciudadanos nos encontramos en un estado de conciencia pasiva y
dormida ante la hipnosis que generan los media en su conjunto y aferrados a
nuestros estilos de vida consumista. Transitamos nuestra existencia a veces con
llamamientos a la generosidad y a la solidaridad para que nos hagamos socios de
alguna ONG, apadrinemos alguna criatura o hagamos un donativo para una causa
justa. Eso limpia nuestras conciencias. Pero mientras eso sucede, los
verdaderos amos del mundo manejan a su antojo los hilos invisibles del
presente.
8.2. La respuesta ciudadana: entre la disidencia y
la indefensión.
Ante esta
doctrina del shock tenemos dos opciones: o bien nos quedamos en el rinconcito
que la sociedad nos tiene asignado y hacemos claudicar nuestra conciencia
crítica ante la excelencias de las regalías neoliberales, recibiendo así todas las
descargas que la doctrina del shock haya previsto y colaboremos con el
Orden establecido (y sobre todo, con los intereses de los que establecieron ese
Orden). O bien, nos convertimos en algo así lo más parecido a una gente
peligrosa, es decir, gente que se cuestione y se haga preguntas sobre la oficialidad
de la información poniendo en cuarentena la política general de la verdad y
posicionándose en una militancia disidente activa.
La segunda
opción implica también aprender a realizar otras miradas sobre la realidad. La
mirada nunca ha sido bien recibida por el poder ni por las clases que ostentan
ese poder. La mirada supone reflexión crítica sobre lo que se ve.
La Culture
Jamming:
Es un
movimiento de resistencia a la hegemonía cultural y a la sociedad de consumo a
través de técnicas de guerrillas de comunicación que alteran, a veces de forma
satírica o irónica, los mensajes de los media.
Técnica del spoofing: crítica de los mensajes publicitarios. Consiste en aprovechar la publicidad
central de las marcas y manipularlas hasta conseguir un contra-anuncio.
La técnica
del spoofing, también han sido utilizadas desde la publicidad
convencional. Por ejemplo, un anuncio de Benetton nos provoca un «escándalo
visual» de cierta consideración por su originalidad y su atrevimiento a tocar
temas y sensibilidades que son objeto de polémicas sociales. Benetton ha recurrido
a desmontar sistemáticamente muchos estereotipos o a buscar imágenes que en la
creatividad publicitaria tradicional nunca habría pasado por el filtro de la
lógica.
El Proyecto Censurado:
Desde
gobernantes griegos a emperadores romanos, pasando por el imperio ideológico de
la Iglesia, la comunicación social siempre ha sido impuesta desde un modelo
vertical, el mismo modelo autoritario que aún subsiste, impregnado de una
matriz mercantil desde la eclosión de los grandes medios de información de
masas (la información es una mercancía más). Sólo la eclosión de Internet pudo
y puede suponer desde la última década del siglo XX un modelo alternativo.
Los medios cuentan
con la ayuda de unos «guardianes de la puerta» (gatekeepers): aquellos
mecanismos censores que actúan de forma visible e invisible en los medios,
filtran aquella información que es considerada «políticamente correcta» y en
función de la «política general de la verdad» que cada sociedad, Estado o Gobierno
tiene establecida. Igualmente, estos filtros gestan, como apuntaba Marcuse
(1999), la formación del «pensamiento unidimensional»: el discurso autoritario
de los medios está plagado de hipótesis que se autovalidan y se repiten
incesantemente de forma monopolística y la ciudadanía acaba aceptándolas de
forma hipnótica como dictados de la realidad.
Las agencias
de noticias y las líneas editoriales de los medios ligan sus objetivos a
intereses comerciales y a los intereses del poder establecido. Se convierten,
como afirmaba Len Masterman (1993), en «grandes empresas de concienciación» que
generan todo un sistema doctrinario que no sólo despliegan las tres funciones
básicas que tradicionalmente se les ha asignado (formar, informar y
entretener), sino que proporcionan una forma, adjetivada de antemano, de entender
el mundo y comprenderlo.
En este
sentido, la contrainformación no sólo es necesaria, sino también
urgente. Entre otras razones porque podemos llegar a pensar que sólo existe una
realidad y que, además, es intocable.
domingo, 21 de mayo de 2017
Sexismo en la infancia
Ya hemos comentado anteriormente la influencia de las películas estereotipadas en los niños y niñas. Sin embargo, a parte de este tipo de mensajes, existen muchos otros que afectan a los más pequeños.
Un ejemplo es la noticia de "Francia pone freno a las 'lolitas'". En esta noticia se cuenta cómo una senadora pide al Gobierno que se prohíban las modelos menores de 16 años debido a un reportaje de la revista francesa Vogue que escandalizó al país. Tres niñas de 7 años aparecen peinadas y maquilladas como adultas, disfrazadas de mujeres fatales, subidas en tacones de vértigo y posando como divas. Esto causó polémica alertando sobre el fenómeno definido de “hipersexualización” de los menores de 12 años, que a juicio de los expertos pone en peligro tanto el bienestar psicológico y afectivo de los niños como el principio de igualdad entre géneros.
La hipersexualización de los niños se define como “la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces”. Algunas escuelas primarias por ejemplo han tenido que prohibir a sus alumnas los tacones altos y el maquillaje, mientras que en la cara opiesta las tiendas de lencería proponen minitangas y sujetadores para niñas de 8 años con relleno. Así, el fenómeno viene impulsado por la industria de la moda y de los medios de comunicación.
¿Se incita a la pedofilia en el 'Vogue' francés?
La senadora y exministra de Deportes alerta de que “la intrusión precoz de la sexualidad conlleva daños psicológicos irreversibles en el 80% de los casos” y que puede provocar disturbios en el comportamiento de las pequeñas, como la anorexia: de hecho, el 37% de las menores de 11 años están ya a dieta. Además, considera que esta tendencia es indisociable de la "banalización de la pornografía", que en el caso de los chicos "puede inducir a comportamientos sexuales violentos y legitima el acoso". Además participa en el retroceso de la igualdad entre mujeres y hombres, ya que "la hipersexualización vehicula el estereotipo de la mujer/niña pasiva, definida por su apariencia y animada por la sexualidad".
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